Este haiku ha llegado esta mañana de domingo después de una semana sin escribir porque tenía la mente al lado de la muerte y el bardo. Hoy, paseando con la perrita Bella y Barbara, hemos cogido un ramillete de mimosas y ha vuelto a mí la poesía. Ello quiere decir que, con lentitud de elefante, vuelven la rutina, los pájaros, la luna, los árboles y las flores. O mejor dicho, ellos me esperaban y la que vuelve soy yo. Renacida. Mimosas en la mesa: cien soles iluminados. ( Cristina Carrasco)