lunes, 20 de octubre de 2008

MUJERES DE NEGRO




Había una vez dos países en guerra : Palestina e Israel. Los hombres, mujeres niños y niñas que los habitaban morían a diario y todos sentían un odio atroz los unos por los otros. Llevaban años luchando e incluso muchos de los habitantes de estos dos lugares, no conocían la paz.

Pero una noche unas cuantas mujeres israelíes decidieron vestirse de negro e ir a reclamar la paz. Las mujeres palestinas las vieron desde la lejanía. Y una mujer palestina salió vestida de negro y se unió a las israelíes. Ella también estaba harta de la guerra. Estaba harta de perder a seres queridos y de temer por su vida.

Y las siguientes noches se fueron uniendo más y más mujeres israelíes y palestinas para reclamar la paz. Eran como una mancha de aceite extendiéndose en el mar. Eran un grito silencioso pidiendo la paz.

Y desde esos momentos, el movimiento mujeres de negro se fue extendiendo por todo el mundo pidiendo la paz allá donde hiciera falta. En silencio . Se las ha visto en la antigua Yugoslavia, en Irak, en Madrid, en Valencia, en Venezuela, México, Argentina, EEUU, Canadá, Francia, en países africanos y en Asia. Pequeñas hormigas trabajadoras y silenciosas que ya están en todo el mundo. Y yo ya pertenezco a su organización. Estoy orgullosa de ser una mujer de negro.


Dos datos anecdóticos:

* El único voto en contra de la entrada en Estados Unidos en la I Guerra Mundial fue el de una mujer.
*La misma mujer hizo lo mismo con respecto a la participación de Estados Unidos en la II Guerra Mundial.

Quizá nosostras sabemos mejor que nadie lo que cuesta engendrar, alumbrar y llevar adelante una vida para que luego acabe perdiéndose en una guerra.