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martes, 13 de febrero de 2024

Esos días...

 


Ayer fue uno de esos días. Justo ayer. 

Esos en que parece que la humanidad entera se ha confabulado para enervarte de tal manera que cuando llega la noche sólo quieres estar en el sofá con los cascos canceladores de ruido y no saber nada, pero nada, pero nada de nada del mundanal ruido. No quieres siquiera escuchar una voz humana. 

Justo ayer. 

Día con hormonas revueltas y personal que no colabora. 

Mujer experta en menopausia que te dice que a partir de ahora será imprescindible hacer ejercicios de fuerza (fuerz... ¿qué? Anda ya). Yo con mi tai chi, mis caminatas y mis estiramientos tengo más que suficiente. Estudiante con cuatro temas de retraso y coordinadora que te obliga a hacerle un plan de recuperación (¿pero la estudiante no es una persona adulta? ¿No elegió estudiar ésto libremente? ...) y además la estudiante es una persona grosera y maleducada... Mi pelo que está tan rebelde como mis hormonas y hace mucho viento. Ideal para sacar a pasear la rosácea. 

Hasta ahí, todo más o menos bien. 

Sí, más o menos bien.

Le escribo a la señora experta en menopausia diciéndole que  no pienso hacer ejercicios de esos porque para mí imprescindible, lo que se dice imprescindible es comer, beber agua e ir al baño. Todo lo demás puede entrar en la categoría de ya lo haré mañana, si tengo ganas. Además,  no soy una mula de carga y para más inri, quisiera yo saber qué intereses económicos ocultos hay para considerar imprescindibles unos ejercicios que hasta hace muy poco eran prescindibles. Me responde que ella está de acuerdo conmigo pero que como estos ejercicios son tendencia, tiene que apoyarlos.... cierro los ojos, los abro, los vuelvo a cerrar... como es tendencia tiene que apoyarlos aunque piense como yo... que se pare el mundo porque me bajo en la próxima.

Y así va rodando el día ventoso, sin lluvia, con sequía, con humanoides gritando, coordinadoras exigiendo, estudiantes diciendo que son libres de llevar el temario a su ritmo... una jornada muy rodada. 

Llega la noche y me pongo a ver Operación Triunfo (sí, veo Operación Triunfo después de haber seguido sólo la primera edición. Dos humanoides llamados amigo y amiga se confabularon.  Presento mis desexcusas porque no creo que tenga que pedir disculpas a nadie por ello). Mi amigo no me hace caso en el whatsapp. Su otro grupo de coleguis le tiene más entretenido, por lo visto. Mi amiga me escribe una parrafada digna de mandarla a aquel lugar pero no puedo hacerlo. Es mi amiga. 

Lo único bueno del día llega cuando alborea la madrugada: Ruslana, mi niña rebelde, es salvada por el público y está en la final. 

Me gusta Ruslana porque es rebelde y por eso le han dado por todas partes durante el concurso.

Yo también lo soy y por eso cualquier día me descabezarán. 

Sí, me descabezarán, pero sin haber hecho ejercicios de fuerza porque son tendencia y con los cascos canceladores de ruido en las orejas para dejar de oir las tonterías humanoides.

¡Ánimo mi niña Ruslana, que de las rebeldes es el reino del infierno... y de los cielos!

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Texto: Cris Carrasco García

Imagen: Cris Carrasco García




jueves, 1 de febrero de 2024

Los vasos y las sombras

 

Me gusta mucho fotografiar objetos porque pienso que las cosas tienen su propia forma de comunicar en un lenguaje de susurros.  Y si esos objetos vienen acompañados de sombras, entonces es lo más. 
Ayer pillé la penumbra de unas lámparas y una vela. Quizá lo muestre en otra entrada. 
Creo que ésto también es poesía.
Que cada uno, cada una, lo interprete como desee porque eso es lo bueno que tienen las cosas: nos hablan y podemos interpretar sus mensajes como mejor los entendamos y los queramos escuchar. 
Eso sí, si no afinas la sensibilidad, sólo escucharás vacío. 

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Texto: Cris Carrasco García
Imagen: Cris Carrasco García

viernes, 22 de julio de 2022

Otra perspectiva

 



Tengo un nuevo proyecto que, como todos los proyectos, no sé a dónde llegará pero lo comienzo hoy: escribir en este blog sobre cómo me siento ante la plenipausia (mal llamada menopausia)...

Cuando vi que me adentraba en esa edad del cambio, me propuse buscar información sobre la menopausia pero de forma positiva, huyendo de todos esos que te cuentan que los huesos se te van a poner frágiles como cristales de Bohemia y te van a salir pelos en la barbilla porque ¡eso ya lo sé! . Además, no es condición sine qua non porque a mi alrededor tengo mujeres ya plenipáusicas desde hace tiempo que nada de osteoporosis ni pelos en la barbilla. Y si acaso ocurriera, pues ya buscaremos la solución ¿no?

Pues eso, que me propuse buscar mensajes positivos y ¡los encontré! que no todo va a ser malo en la mitad de la vida. Que ahora sabemos mucho mejor lo que queremos, adónde vamos y de dónde venimos (bueno, no sé , eso pasa a ratos ¿no? )

Hice un congreso gratuito online que montaron las chicas de Menstruita . La verdad es que hice dos: uno sobre la bajada de la regla por primera vez ,  lo que tienen una plabra técnica que ahora no recuerdo y no tengo ganas de buscar, para ayudar a mi sobri y después otro sobre plenipausia para ayudarme a mí ¡y me encantaron los dos! ojalá estas chicas tan bonitas vuelvan a hacer otro congreso porque vale la pena seguirlas.

Busqué páginas en Instagram y encontré bastantes : si se pone mujer y 50 salen mil páginas y otros mil hastags. Sólo hay que buscar. 

Pues eso, que allá vamos. 

Con patitas de gallo, gafas de ver de cerca y muchas ganas de comenzar a hacer cosas nuevas, no en vano el congreso sobre plenipausia que ofrecieron las chicas de Menstuita se llamaba: Menopausia: una segunda pubertad. 

Cuando leí el título me pareció un poco infantil porque lo entendí como esa propensión tan tonta de nuestra sociedad de idolatrar la juventud y los pocos años pero.... no era así. Lo llamaron la segunda pubertad por la revolución hormonal y porque muchas veces a esta edad ya no pasamos por tantas cosas ni hacemos caso de lo que nos diga tanta gente y además nos entran ganas de aprender a hacer cosas nuevas, de leer nuevos libros, de mirar la vida desde otra perspectiva.. Es una verdadera revolución. Un verdadero cambio. 

Nos seguimos viendo por aquí si queréis. 


(Cris Carrasco García)

Imagen: Fred Calleri