En el trabajo andan histéricos. O mejor dicho, la histérica de mi jefa anda histérica ¿cómo no?. Dice que ha llegado la crisis al golf ( cómo debe andar el tema cuando hasta los ricos lloran ya) y que la guardería ( mejor esta palabra que el eufemismo ludoteca) tiene déficits, por lo que la junta directiva está estudiando tomar medidas de reducción de presupuesto. Este año toca esa canción. Dicen que de momento reducción de plantilla no se plantean pero sí ajustes de horarios, de salarios...
¿ qué queréis que os diga? quizá os pareceré inconsciente, pero cuando nos lo dijo ( cara de circunstancias, seriedad absoluta, palabras estudiadas) yo casi me alegré. Estoy cansada de este trabajo y me gustaría cambiar. Además siento que el círculo se cierra. Las compañeras antiguas se van yendo, la plantilla nueva es tan diferente que me resulta difícil la adaptación, cada vez tengo más dificultad en poder llegar hasta allí porque al no tener coche debo depender de unos y otros y antes no tenía problema, pero últimamente... lo que he dicho, que el círculo se cierra.
Cuando mi jefa me habla siento que ya navegamos en órbitas distintas. Ella quiere llevarlo todo a rajatabla, quiere mi misma dedicación que en otras épocas, y yo por el contrario tengo la cabeza en otros lugares, otros proyectos y otras historias.
Si me quedo sin trabajo no os voy a negar que me asusta, pero sé que me buscaré la vida de una manera u otra, es más, creo que ya era hora de ponerme la pilas porque estaba demasiado estancada en este lugar.
Crisis también significa cambio y oportunidad y yo estoy loca porque venga ese cambio y otra oportunidad.