miércoles, 9 de noviembre de 2011

DANZA CLANDESTINA


                                                             ( Imagen extraída del blog ssl4you.blogsot.com)


Para Dani-Chan, por su amor a la cultura japonesa


" Aunque eran las geishas más demandadas, no eran rivales sino todo lo contrario. Vivieron a mediados del siglo diecinueve y se llamaban Hikari y Murasaki . Cuando estaban en público, Hikari siempre rozaba con extrema delicadeza la muñeca de Murasaki, y Murasaki inclinaba su cabeza con lentitud de tortuga centenaria hacia Hikari, pero nunca la miraba. Cuando estaban a solas, se deshacían mutuamente los nudos de los obis (1) vibrando al sentir el movimiento de los dedos en sus cuerpos. Después se ayudaban a desprenderse de la ropa en una ceremonia de miradas, caricias y manos que languidecían mientras los kimonos se desmayaban. Vivieron muchos años bailando esta danza clandestina hasta que una epidemia de cólera se llevó a Hikari. Entonces Murasaki entró en un monasterio y murió siendo anciana…
Esta historia me la contó una vidente de Kioto la primera vez que viajé a Japón, así que no hables de flechazo cuando hace un mes entraste en mi dojo (2) de aikido. Sólo era el momento de volver a encontrarnos.”



 (1) Obi: Faja ancha de tela fuerte que se lleva sobre el kimono.

 (2) Dojo: Lugar de práctica tanto de la meditación como de las artes marciales tradicionales de Japón.