lunes, 12 de diciembre de 2011

POETISA

(Cuadro de Isabel Guerra)
Siempre lo he tenido claro: soy poetisa. Nada de poeta. Desde que se inventó el castellano el femenino del que hace versos es poetisa, pero en los últimos tiempos, algunas mujeres han optado por el término en masculino para lograr la anhelada "igualdad". ¿ Igualdad? Igualdad significa "ser igual a alguien ¿no?" Y entonces la igualdad que persiguen estas muchachas me temo que será ser igual a los hombres ¿verdad? Pues yo me niego. En redondo y con todo mi ser. Yo soy mujer. Y como diría Gloria Fuertes "Mujer de pechos en pecho" y no quiero se igual a nadie de mi sexo y mucho menos del sexo contrario.
Quizá a alguien le pueda parecer mi opinión reaccionaria, pero yo no lo veo así y mi ejemplo no es el de esas pseudofeministas con cuerpos de mujer pero cerebros de hombre que aspiran a ser las próximas Margaret Thatcher  exhibiendo la bandera de la igualdad en términos de " Mirad, hemos dejado nuestros valores femeninos en casa y pensamos y hacemos como vosotros, así que somos iguales". No.
Mi ejemplo, entre otros, son las mujeres de la Segunda República que no hablaban en términos de igualdad sino de EQUIVALENCIA. " No somos iguales, pero sí somos equivalentes" y así me gusta moverme.
Valgo lo mismo y para lo mismo que cualquier hombre, pero soy mujer, con los valores propios y nada vergonzantes de la feminidad. Con mis diosas interiores. Con mi yo sensible y delicado. Con mi forma de ver el mundo desde un punto de vista de mujer para nada excluyente ni enemigo de los  valores típicamente masculinos. Somos COMPLEMENTARIOS.
Porque en la vida se han empeñado en enseñarnos que la noche es contraria al día, que lo bueno es contrario a lo malo... Pero en realidad, en la vida casi nada es contrario y casi todo es complementario.
Admiro profundamente a los poetas hombres y no tengo nada que reprochar a las mujeres que se llaman así mismas poetas, pero yo me siento y soy POETISA.