Quizá descubras otros. O quizá, otros ojos te muestren el suelo que tanto pisas.
¿ Por qué no detienes tu reloj un segundo y te conviertes en viajero de tu ciudad?
Quizá no esperes ningún tren. O ningún tren te espere a ti. Tanto mejor.
Una oportunidad para detenerte y mirar. Y ver...
Una columna. El secreto de un mosaico.
Las palmeras. Los árboles. El orgullo de una torre.
Un alto en el camino. Rincón para el descanso.
Déjate mecer por la magia de la luz.
Deja que la historia te hable al oído
y te cuente de un barrio en lucha
Y de una plaza
INDIGNADA.