y hasta aquí llega el epicentro de la pena.
Cada día un nuevo dolor en una lengua diversa.
Mientras preparo el té y pienso en los mares
inundados de lágrimas,
el rosal se enreda y abre sus pétalos
ajeno a la tragedia...o quizá lo sabe todo
y aún así resurge para que todo siga
temblando
llorando
y naciendo.
( Cristina Carrasco)
Imagen: Barbara Zambon