Imagen: Cristina Carrasco
El viento y la lluvia han tirado las hojas
que la ola de calor volvió amarillas
y camino, cada mañana,
sobre una alfombra de otoño prematuro.
Después, desayunando,
miro el bosque y me asombro de su quietud.
A veces chirría una urraca. A veces grazna una corneja.
A veces vuela un halcón.
La quietud es mentira. Todo se mueve.
Hasta el silencio
cuando habla el anciano
y alguien vuela sobre el nido del cuco.
Recuerdo la película
mientras él olvida mi nombre
cada mañana.
(Cristina Carrasco)