Yama, el señor de la muerte,
me muestra el espejo del samsara
pero mi ignorancia es el eslabón de una cadena
que me ata a él.
Doy vueltas en esta rueda como en una noria
y a veces pienso que todo está bien
y a veces pienso que no puedo más.
Pero todo es confusión.
Miro la luna y el dedo que muestra su camino.
Ella es el alivio tras un día abrasador,
ella es la luz que no ciega
pero la intuyo demasiado alta...
Aunque otros llegaron
siguiendo la guía de los sabios y las sabias.
Yo también lo haré
y seré luna llena no eclipsada por el sol,
dadora de luz.
(Cris Carrasco García)
Imagen: Cassandra Barney