Querida hermana:
Ha cambiado el viento para anunciar el otoño. Si pienso en cómo era mi vida el año pasado por esta época, me parece que fue hace más de un eón y sin embargo, sólo fue hace doce meses.
Como sabes, seguimos con las mascarillas, con las distancias, sin abrazos, sin besos, sonriendo con tristeza en los labios y aún así la vida sigue.
Y tod@s con ella aunque no nos demos cuenta, aunque caminemos como autómatas, aunque prefiramos no pensar en lo que fue el confinamiento ni en la incertidumbre del futuro; aún así la vida sigue y nosotr@s con ella.
Septiembre también es tiempo de reencuentros y vueltas. Anteayer vinieron las gemelas y mañana veremos a las amigas del círculo. Todo al aire libre, quizá sentadas en las piedras bajo las encinas, nos contaremos el mirlo blanco que ha sido el verano.
La vida sigue y l@s niñ@s han vuelto a la escuela. ¿Se suspenderá también Halloween como en América? ¿Llegará un poco de oxígeno para nuestra economía? ¡Sueño con beber un buen té azul o negro!
Caminamos y no sabemos hacia dónde. Pero caminamos y eso es lo importante.
Te siento muy cerca.... quizá andes por aquí repartiendo esperanza...
Un abrazo de esos que están prohibidos pero contigo no porque tú estás hecha de aire y de recuerdo.
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Texto: Cris Carrasco García
Imagen: James C. Christensen