A veces le dejo espacio a la tristeza
enraizada en estos tiempos de pulmones enfermos.
Hablo con el peso de la vida, le intento poner alas
y una corona de magnolias atada al cabello.
Han vuelto los sueños que me despiertan en la oscuridad
de esta noche que parece haber olvidado el amanecer,
pero ya no les tengo miedo
porque aprendí la forma de traspasar su umbral:
bailando con la incertidumbre,
dejando que el oso me alcance
sin correr.
(Cris Carrasco García)
Imagen: Bryce Cameron