viernes, 14 de enero de 2022

Aprendiéndome


 

Querida hermana:

Aunque parece que no nos hemos leído en todo este mes, sí lo hemos hecho y tú lo sabes porque alguna vez me has pillado agazapada curioseando por esta casa entre las letras del pasado. 

Volvimos de una navidad tan bella como fría y cargada de árboles desnudos. 

Desde hace unos días, sin razón aparente, me duelen los amaneceres. Quizá la poca luz me está robando un poco la sonrisa. 

Aún así, aquí estoy, solitaria y fuerte, sensible y lúcida soñando otros mundos posibles. 

Estoy aprendiéndome desde otro punto de vista y ahora comprendo mucho mejor mi deseo de soledad, mis silencios, algunos de los movimientos que me envuelven y conceptos que se me anudaban al cuello como una bufanda apretada. 

Ahora entiendo tantas cosas que muchas partes de mi vida han encajado de repente como las piezas de un rompecabezas que no conseguía montar pero que con un palabra mágica ellas mismas se han puesto cada una en su lugar. 

Sé que es extraño, pero ha ocurrido. 

Y he comenzado a pintar mandalas con lápices de colores. Caminos circulares que empiezan donde acaban pero cuando los terminas no eres la misma que cuando los comenzaste.

No sonrías por mis enigmas... No se necesitan las palabras para quien sabe entender. 

Que esta noche que comienza lleve hasta ti mi abrazo.

***

Texto: Cris Carrasco García

Imagen: Elisa Begani