
Hola a todas y todos, ayer empecé a escribir este relato y me gustaría compartirlo con vosotros y vosotras... os iré poniendo cada día o cada dos días un pedacito del cuento... como si fuera un cublebrón, ¿ os parece?
Cuando me miro al espejo veo dos líneas oscuras como ojos y unos mechones negros y lacios como pelo. No soy un ser especialmente bello ni especialmente inteligente, pero cuando me visto para las ocasiones, soy una obra de arte.
Sé provocar en ti escalofríos de admiración con sólo mover uno de mis dedos. Conozco la sutileza de los movimientos, la leve cadencia de unos dedos que se posan sutilmente sobre cualquier lugar. Sé reconocer la belleza de una sinfonía y la delicadeza sublime de un crisantemo.
Y soy una mujer tradicional, quizá poco convencional, pero tradicional al fin y al cabo, aunque con esa pequeña dosis de modernidad que me ha permitido dar un giro a mi vida y a mi profesión.
Porque yo me ahogaba en ese mundo de belleza sólo para hombres. Porque cada noche, cuando la seda se posaba en mi piel y miraba los dibujos de pagodas y pavos reales que la adornaban, me preguntaba ¿ por qué tengo que servir a los hombres?.
Entonces pensaba que ese era el precio que tenía que pagar por ser una embajadora de la belleza y de las obras de arte. . Y yo soy una obra de arte que anda por las calles de un barrio antiguo donde todos me miran al pasar, por lo exótica y lo bella. Por lo misteriosa y lo nostálgica. Porque al caminar entre las calles de este barrio antiguo les hablo del pasado y del misterio, de la belleza y el exotismo. Y a todos nos gusta lo que no conocemos y lo que creemos que tiene un lado oculto y oscuro. Aunque yo pertenezca a la tradición más antigua, pero quizá por pertenecer a la tradición soy oscura y exótica porque soy parte de la festividad de la Luna Llena , del sumo, de los samurais y de una isla extraña y fascinante. Porque yo soy geisha. Pero no os montéis en vuestras cabezas occidentales historias de tragedias familiares donde quizá fui vendida a una okilla… nada de eso es cierto.