Otra vez. Como la rueda que gira y gira para acabar en el mismo sitio. Otra vez el hasta luego, el hasta el año que viene ... sin saber si habrá año que viene. Sí. Sí lo habrá. Si las Diosas quieren.
Arrivederci.
Y mientras mi mundo se despierta del letargo de agosto con un septiembre incierto y un otoño que no se sabe.
" se ha acabado lo bueno porque lo mejor va a llegar" cuenta la Cómica de la Pluma y quizá tenga razón pero hoy me baño en la nostalgia de un agosto que ya es pasado.
Y mientras, los cuervos y las cornejas seguirán graznando. El campanario seguirá marcando las horas, dong, la una. Ding dong, las dos.... y las medias horas de cada hora. El tiempo que se esfuma ... El sol se seguirá ocultando tras la montaña y los abetos seguirán recordando la navidad incluso en septiembre.
Pero yo no estaré aquí para verlo .
Porque cuando leáis ésto ya estaré en Valencia acariciando nuevos sueños bañados en la nostalgia de estos días.
Y un pedacito de esa máquina que todos llevamos dentro y que también nos dice que el tiempo se esfuma seguirá aquí esperando el verano.