viernes, 10 de septiembre de 2010

CON EL VÉRTIGO EN LA PIEL


Como algu@s ya sabréis, tengo una noticia . No sé si buena o mala porque será el tiempo quien dicte el veredicto.
Hace ya más de una década, cuando también tomé una decisión que marcó mi vida, me dije: espero que cuando pasen los años , sea una viejecita y haga balance de mi vida, evalúe esta decisión como positiva. Y no ha hecho falta llegar a ser anciana para evaluar aquella decisión como una de las más positivas de mi vida. Espero que con ésta ocurra lo mismo.
Os estaréis preguntando cuál es esa tan renombrada decisión, pues allá va: he llegado a un acuerdo con el lugar que durante nueve años y medio ha sido mi puesto de trabajo y me voy. Ellos tienen "la gentileza" de hacerme los papeles del paro.
Y siento el vértigo en la piel y hasta en las escamas y las aletas que no tengo. Pero era una decisión que debía tomar.
Demasiado tiempo sintiéndome en el borde del trampolín esperando que algo o alguien me diera el empujón y así caer a la piscina. Estas vacaciones me he dado cuenta de que si seguía allí, en el borde del trampolín esperando que algo pasara, lo único que iba a ocurrir era que una mañana encontraría mi espíritu marchito como una flor.
No se puede salir cada mañana a trabajar con un nudo en el estómago y volver cada tarde llorando. No se puede ser infeliz durante tanto tiempo. Las Diosas no están de acuerdo.
Y Dios ayuda a l@s valientes.
Así que aquí estoy. Este fin de semana me han prometido que será el último y después... espero y deseo que todo salga bien.