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martes, 24 de enero de 2012
La palabra más hermosa
Este es el título de la novela que estoy leyendo y he de decir que me he enamorado de la forma en que está escrito. Tanto, que en Italia he comprado todos los libros que he encontrado de Margaret Mazzantini, su autora. ( Aquí también podéis encontrarlos, pero yo prefiero leerlos en la lengua original si la entiendo, como es este caso).
No tengo muy claro si su prosa es poesía o simplemente estoy leyendo una novela escrita en verso.
Una sensibilidad extrema y una dulce forma de contar los hechos más duros hacen de esta mujer una maestra de la palabra.
Pero no penséis que estamos ante novelas de mucho estilo pero poco argumento, en absoluto. Los argumentos son fuertes, sólidos, bien estructurados y duros, muy duros. No dan tregua.
La única tregua, quizá, sea la belleza de las palabras.
Y para muestra, algunos fragmentos de lo que hasta ahora llevo leído de la novela y que me han impresionado por su fondo y por su forma.
He de decir que la novela se centra en Sarajevo en la guerra de los noventa que arrasó los Balcanes y en la vuelta de la protagonista y su hijo a esta ciudad en la actualidad. En estos dos texto, habla su amigo Gojko, que es sarajevita, reflexionando sobre lo que fue la posguerra :
" Fue más fácil correr bajo las granadas que pasear entre los escombros".
" Un día pasé por un prado rojo de amapolas y , por primera vez, no pensé en sangre, sino que me quedé encandilado por aquella belleza tan frágil. Bastaba mucho menos de un hacha, de un maljutka, bastaba un golpe de viento. Ese prado estaba ahí para nosotros, aguardándonos tras esa curva. Un inmenso campo moteado de lenguas rojas, como corazones que han caído del cielo en la hierba. Iba en coche con mi mujer. Nos detuvimos y rompimos a llorar. Primero fui yo, y al cabo de un rato también a ella se le arrasaron los ojos en lágrimas. Fue un llanto que nos vació lentamente, que nos resarció. Y a partir de esa noche empezamos a respirar con el pecho. Ya lográbamos soportarlo. Durante años, nuestra respiración se detenía en la garganta, no podía ir más allá...Al cabo de dos meses, mi mujer quedó embarazada."
En el siguiente párrafo, la autora habla sobre la lista de las personas muertas mientras hacían cola en el mercado de Sarajevo :
" Los puestos están llenos de colores, mucho más ordenados de lo que recordaba... La lista de muertos está al fondo, en un muro de piedra gris, impresiona mucho. Es la lista de los vivos arrancados de la vida, todos en el mismo instante, en el mismo batir de alas del mismo diablo. Y me pregunto dónde está ese diablo, si se ha alejado lo suficiente o aún ronda no muy lejos de aquí ".