lunes, 20 de febrero de 2012

VALENCIA TRISTE, NO TE RINDAS



Tristes días éstos, los últimos de un invierno largo.
Los jóvenes, casi niños, corren por las calles de Valencia huyendo de la carga policial. Sólo pedían calefacción y encontraron brutalidad.
Pagamos a los hombres de los cascos, las botas y las porras para que agredan a nuestros niños. Tomad nota porque  no va a ser la última vez. Nunca es la última vez.
Ayer la vi cruzando el puente en el vagón de tren. Ya había anochecido y las luces la iluminaban . Parecía bella mi ciudad con esos cientos de planetas girando a su alrededor haciéndola luminosa. Mi ciudad. Uno de mis cobijos... Pero era mentira, tras esas luces escondía niños con porras marcadas en la espalda. Cuando en un lugar la violencia toma el poder, la belleza es la primera en exiliarse.
¿ Qué más tiene que pasar? ¿ Qué más va a pasar?