No soy esa mujer que un día estuvo en la cárcel y escribió un poema sobre las ninfas que olvidaron sus alas.
No soy la que escribió un poema a Venezia.... a aquella Venezia.
Pero debo acunarte , recién nacido, debo acogerte porque soy tu madre y nunca te metería en una cesta de mimbre y te haría flotar sobre el Nilo. Tengo que aprender que eres parte de mí como mi pelo castaño o la tendencia a engordar.
Me miro en tu espejo y no me reconozco. Recuerdo que cuando me dijeron que nacerías pensé que eras un parto prematuro, y ahora siento que has tardado demasiado, que la vida me ha cincelado por otros caminos, que yo nunca fui tú.
Pero ¿ cuándo los hijos fueron alguna vez los padres?
Mi deber es cuidarte y alimentarte, hacerte crecer y darte al mundo.
Ya eres un poco del mundo.
Quizá por eso siento que no me perteneces pero aún así te quiero.
( El mes que viene se publicará mi primer poemario)