lunes, 22 de abril de 2013

ASALTO DE SOTANA


Preparando la pintura para encalar una pared, mi hermana, mi madre y yo hablamos de las noticias sobre los bebés robados.
Mi hermana dice que ella recuerda cómo en los ochenta había mucha obsesión con no dejar a los bebés solos en el hospital, con no perderlos de vista, con tener mucho cuidado, y mi madre, mientras remueve la pintura nos dice en voz muy baja:
- ¿ Os acordáis de Ramón, el de Áurea, la vecina de la abuela?
- Sí, uno que cuando yo era pequeña decíais que era un gamberro porque pegaba carteles, llevaba el pelo largo y a veces lo detenían los grises...
- Sí. Pues ese chico no era hijo de ella, una noche apareció un cura con él recién nacido...
- ¿ Y nadie preguntó nada?
- No.
- Cruzamos las miradas y no hablamos. Nos ha asaltado el país de las sotanas, el silencio y el secreto.
Entonces Esther comienza a pintar con brochazos rápidos. Hay toda una pared que blanquear.

(Cristina Carrasco)
Imagen: Lita Cabellut