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martes, 21 de enero de 2014
Carta que habla de vientos
Hola:
Hoy el cielo está repleto de nubes rojizas, sobretodo por el este, donde está el mar. Se mezclan con el sol saliente y forman una combinación de terciopelos que al contacto del rojo con el amarillo se vuelven rosados.. El cielo tiene estos colores porque hace viento ( lo llaman Cierzo o Tramontana a este viento del norte, muy frío - no te rías- hace frío de verdad).
¿Qué quieres que te cuente? Te puedo hablar del mar, del sol, de la luz, del viento, de las hojas de los árboles...Porque hoy es un día que "se deja ver", un día para detenerlo todo, asomarse al ritmo de la ventana y dar las gracias por los colores y la vida.
Sé que más allá de todo ésto el mundo se desangra. Ayer repartí cuatro naranjas: dos al chico que pide limosna en la puerta del supermercado y otras dos a la chica que se pone a su lado. Sin orgullo, como debemos hacerlo. Dando las gracias y dedicando el mérito. Pero cuatro naranjas son muy poco. Más bien nada. También di un euro al hombre que alegra la avenida tocando el saxofón. Como un flautista de Hamelin en versión saxofón. Siempre le echo las monedas en la funda abierta del instrumento, que así, de par en par, parece un cuerpo abierto en canal, una mujer desnuda mostrando toda su intimidad.
Pero cuatro naranjas y una moneda es muy poco.... más bien nada.
Aún así, el cielo me manda sus colores y las gaviotas siguen pasando por mi ventana. Me los manda a mí y al mundo entero. A todos los seres.
Disculpa esta carta tan larga y tal vez, extraña... como las novelas de Murakami que me recomendaste: " Es un escritor extraño este Murakami, te gustará", me dijiste. Y sí, me gusta mucho: surrealista y onírico, poético, triste, solitario, bello". ¡ Cuantos adjetivos! ahora no están de moda ¿sabes?
Debo irme. El cielo está volviendo a ser azul al tiempo que el rosa se diluye. Tres gaviotas vuelan en dirección al mar y el viento está amainando. Los árboles bailan una danza mucho más tranquila que aquella que bailaban cuando comencé a escribirte.
Siento a lo lejos un leve rumor de saxofón y me imagino su funda abierta en canal y salpicada de monedas.
Ha sido grato dejarlo todo para contarte el cielo y mirarnos en el espejo de las letras.
(Cristina Carrasco)
Imagen: Anka Zuravleva