Imagen: Danielle Richard
Cuando comencé a surcar este mar
me temblaban las rodillas,
en su mitad, hubo maremotos
y ahora que se divisa la costa
las aguas saladas de mis ojos
se funden con las olas.
He aprendido a ser espuma y barco
a la vez
y a encender pequeños candiles
pero todavía no soy faro
que sepa guiar en las tormentas.
Callarán las gargantas marineras
y las madrugadas nos esperarán
con otros cantos.
Ya queda menos para llegar al puerto
y me vuelven a temblar las rodillas.
Cuando baje a tierra
el samsara habrá cambiado tanto como yo
pero nos reconoceremos.
Veré más claro el sueño turbio
que lo envuelve
y quizá él vea en mí
a la guardiana de los seres
que cruzan el puente
entre dos vidas.
( Cris Carrasco García)