domingo, 23 de septiembre de 2018

Primer día de la nueva estación

Querida hermana:

¡Qué bello es el otoño! aunque en verdad todas las estaciones me gustan. ¿ Recuerdas que cuando éramos pequeñas nos encantaba el verano porque hacía calor, comíamos helados, llevábamos tirantes y teníamos vacaciones? Ahora he aprendido a ver en cada época del año su mensaje y su poesía.

El otoño nos trae las calabazas, los boniatos, las hojas caídas, la contemplación y la introspección. Nos invita a desprendernos de lo que ya no nos sirve, como hacen los árboles con las hojas secas, para dejar espacio a lo nuevo. Dejar espacio a lo nuevo... suena bien... ¿ Qué nuevas cosas nos traerá esta estación?

Como también suena bien una taza de té azul en una conversación con una amiga que no ves desde hace un tiempo pero que en un momento te pones al día de todos los acontecimientos. Basta un momento y después, a disfrutar de la infusión y el placer de su compañía. ¿Sabes de quién hablo, verdad? Esa brujita sabia sevillana que me vino con un abanico de filo dorado pintado con mi nombre. Gianna, tan chic, no sale de su estupor y yo contemplo los sentidos tan contrapuestos de la estética de la una y la otra y me da la risa.



Le hablé del retiro de pascua y ya sabes, ella no entiende mucho eso de los retiros pero lo respeta aunque no pierde la ocasión de hacerme bromas veladas sobre ello; por ejemplo: ayer le mandé la publicidad del Salón Erótico de Barcelona, que a mí me parece una genialidad y por eso se la mandé y me responde: "¿es la publicidad del retiro?" ¡Qué mujer ésta, cómo la quiero!

Hoy he ido al bosque con Bella y está precioso. Todavía muy verde porque aún se nutre del agua de las últimas lluvias. No hemos encontrado a casi nadie porque hemos ido muy temprano y te podías sumergir en el silencio. La tierra, arcillosa, tiene la forma que moldeó el agua y por momentos hay una vegetación algo exuberante que no es muy propia de este lugar y que ha llegado a tapar algunos puntos del camino.

He tenido algunos sueños raros, ya me entiendes ¿verdad? Y el otro día tuve una anécdota con el número veintiuno. Pero me parece que estas cosas las sabes porque siempre has entendido las cosas de otros mundos pero nunca las de éste. 

A mí también me cuesta trabajo caminar por el mundo real. 

Un abrazo cálido

Cris

Imagen: No sé su autor o autora. Gentileza de ShiroDani