Casi siempre te escribo contándote el pasado pero hoy te voy a escribir sobre un futuro no muy lejano.
Aunque dicen que debemos vivir el presente, en esta tarde de viernes que he reservado para mí tomándome un descanso de tantas pequeñas tareas cotidianas, quiero contarte que el lunes nos vamos a reunir otra vez las chicas del Círculo de Mujeres.... ¡Síííííííí! No es que no nos hayamos reunido desde hace mucho tiempo, aunque no te lo haya contado, sabes que no nos dejamos de ver al menos una tarde al mes.
Siempre, días antes de encontrarnos, me siento emocionada y deseando que llegue el momento. ¡Es tan bello estar con mujeres que comprenden, que sienten, que abren su corazón, que lloran, que ríen, que miran, que reflexionan, que se preguntan, que no entienden tantas cosas del mundo y lo expresan! ¡Es tan bello compartir, hablar, sentir!
Podías formar tú un círculo allá donde estés... o quizá ya lo has formado y no me lo cuentas porque tienes miedo de que me quiera ir contigo... No sería nada extraño.
Cuando estoy con ellas me doy cuenta de lo poco que sé y de todo lo que me queda por aprender, de lo cargada que llevo la mochila o de cuánto la he aligerado, de lo serena que me siento o de que todavía sigue viva en mí la antisistema (¡con la mala prensa que tiene esta palabra y lo que me gusta!) que una vez elegí ser y que después ahogué para más tarde rescatarla y llevarla dentro caminando conmigo de una forma tan sutil que muchas veces creo que no está pero en los momentos más insólitos aparece. La mujer estudiosa e investigadora se manifiesta también y con estas mujeres he aprendido que convive conmigo de la misma manera que la otra. ¿Cómo se puede ser antisistema y estudiosa al mismo tiempo?¡Ah, querida hermana! es un bello misterio que no tiene por qué ser contradictorio.
Sobre todo he aprendido a aceptar los puntos opuestos que me forman, conforman y, ¿por qué no? Embellecen.
Ahora debo irme.
No tengo mucho que hacer porque ya te he dicho que esta tarde me pertenece pero sé que debo irme para seguir explorando otros pequeños mundos que a veces, sin quererlo, dejo abandonados por los rincones.
Que la fuerza de nuestro Círculo de Mujeres lleve hasta ti mi abrazo y el abrazo de todas.
Texto: Cris Carrasco García
Imágenes: May