lunes, 29 de octubre de 2018

Tercera reunión del Círculo de mujeres


El sábado por la tarde, mientras caía una intensa lluvia, nos reunimos por tercera vez el Círculo de mujeres. Esta vez fue en mi casa porque ya hace frío y anochece muy pronto como para reunirnos al aire libre. 
Fuimos siete y la mujer sabia de este mes nos leyó un relato muy bello que ella misma había escrito y hablaba de la luna, las mujeres y el mar. 
Después, cada una pintamos una piedra de la playa y realizamos dos danzas. 
Con cada reunión el grupo se va afianzando y nos sentimos más cercanas unas de otras. A ello también contribuyó que después de la reunión cenamos a cubierto, calentitas y con luz, lo que nos llevó a prolongar la conversación hasta tarde y a conocernos mucho más. 
Puedo resumir esta reunión con una frase que dijo una de las hermanas y que todas corroboramos: " Nos hemos visto pocas veces pero tengo la impresión de que hace años y años que os conozco".
Al día siguiente yo viajaba en una nube pensando en la tarde del sábado y prefiero no buscar lógicas ni por qués, sólo sé que quiero a
estas mujeres bellas y fuertes, maduras y sensibles. 
Casi todas hacemos algún tipo de voluntariado y nos preocupamos por l@s demás. Todas dudamos y todas amamos. Quizá sea por eso que cuando estamos juntas nuestra fuerza se intensifica y nos volvemos más creativas, más imaginativas. 
Pronto será la próxima reunión y volveremos a derramar sin tapujos nuestra intuición y sensibilidad. Pronto también nos faltará una hermana, la fundadora y alma mater del grupo, que se va a descubrir nuevos mundos y desde allí nos pensará y nos enviará mensajes de paz y luz. La esperaremos y la pensaremos feliz porque al fin puede desplegar sus alas y viajar sobre las ruedas de su caravana con nombre de diosa: Maya. 



Imágenes: Celine Hameury y Mayte.
Texto: Cris Carrasco