domingo, 5 de abril de 2020

Domingo de Ramos y no se oyen tambores // Cuando abran las compuertas



Domingo de Ramos y no se oyen tambores,
sólo verderones, mirlos, tórtolas
y un vecino que martillea algo metálico
mientras te abrazo.
Entre el aroma a azahar de los naranjos,
mi mente pasa los brazos por encima de tus hombros
y te estrecho sintiendo un corazón donde no tengo el mío.
Aprendo con paciencia a manejar la distancia.
La lejanía no es frontera ni horizonte.

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Cuando abran las compuertas
y salgamos como agua desbordada
de manantial que surge de la tierra
y ya no tenga miedo de dañarte 
con un posible ser dañino,
iré a visitar a las encinas,
me sentaré en una roca y pensaré en la libertad.


Ambos poemas: Cris Carrasco García
Imagen: Cris Carrasco García