Por cada gota de lluvia
una sirena rompe el silencio
de las ruedas mojadas
y llega el sobrecogimiento
por el árbol caído, por el accidente,
por esta tierra que no sabe descifrar
el ritmo lento de las nubes y el agua.
La tarde de domingo
me devuelve el secreto
para respirarte.
Tomo tu dolor y te devuelvo luz:
No sabes que te ayudo
porque quiero que me mires
como a una simple mariposa.
Al menos así te haré reír.