lunes, 18 de noviembre de 2024

Perfectamente diseñada

 


Seguimos en esta noche lorquiana que nos ha llegado en forma de barrancada intentando mantener el tipo a base de humor aunque a veces me sale bien y a veces no. 

Mi rutina y la de tod@s l@s que andamos por aquí y alrededores se rompió para quizá nunca volver a ser la misma el 29 de octubre. Y a partir de entonces, el caos. 

El metro no funciona y no lo hará al menos hasta mayo, por lo tanto he debido dejar el curso en la universidad que tanto me gustaba. El año que viene me han dicho que lo volverán a hacer. El día 3 de diciembre comenzaba otro y la semana que viene haré un ensayo general con los autobuses lanzadera que nos han traído desde Madrid (MUCHÍSIMAS GRACIAS) y que nos llevan direct@s desde el pueblo hasta Valencia ciudad. Ojalá pueda hacer este curso. Cruzo los dedos. Los días laborables en hora punta las lanzaderas van hasta la bandera y hay una cola de hasta diez minutos. La hora de comienzo de las clases no es hora punta, pero la de salida sí, así que ya veremos. 

Lo que antes se hacía en un momento, ahora es una carrera de fondo. Todo es más lento. Cuesta más. Requiere más tiempo. 



Cuando te encuentras con alguien lo primero que hace es contarte dónde estaba la tarde-noche en que pasó todo. Yo también lo cuento a l@s demás. Estaba en casa. Era martes y tenía clase pero no fui porque mi compañera de vida sigue las predicciones metereológicas día a día y sabía que iban a venir lluvias torrenciales, así que avisé y me quedé en casa. Menos mal porque si hubiera ido el agua me hubiera pillado en el metro volviendo y no hubiera podido llegar a casa. Pero en mi caso todo salió bien. Otr@s no tuvieron tanta suerte. 

Haber perdido el coche no se ve como una desgracia. Se ve como lo normal y es muy común que alguien te diga: "Mi hermana vive en Picanya, no le ha pasado nada porque vive en piso, sólo el coche..." y la otra persona suele decir: "Menos mal". Y ahí acaba todo. 

Todo el mundo ha ido a ayudar a un amigo, amiga, familiar o desconocido a quitar barro. Todo el mundo ha compartido vía redes sociales peticiones de ayuda. Todo el mundo ha tardado al menos dos horas en coche para llegar a Valencia, un trayecto que en circunstancias normales cuesta quince minutos. Y todo el mundo sabemos que el camino de recuperación y vuelta a la normalidad será largo. 

Esta mañana me decía una amiga de Paiporta a quien se le ha inundado la parte de abajo de su casa y también ha perdido el coche:" Es que no se puede ni salir a pasear para despejar un poco la mente" porque el paseo lo único que hace es recordarte lo que ha pasado, cómo ha pasado, por dónde ha ido el agua, qué falta, qué ya no está, quién ya no está...

Recuerdo que las veces que fui al centro penitenciario de Picassent a dar talleres de poesía, mi sensación era que la cárcel es un lugar perfectamente diseñado para que en ningún momento se te olvide dónde estás. Pues eso ha pasado con esta barrancada: si alguien sobrenatural la diseñó, lo hizo para que en ningún momento podamos olvidar lo que ha pasado. 

Y aún así, no perdemos la esperanza ni el humor. Porque no vale la pena perder la esperanza ni el humor. Si perdemos eso ¿qué nos queda? Sólo barro.

En el pueblo se ven continuamente coches, furgonetas, todoterrenos y camiones de ayuda humanitaria. Vienen del mundo entero. El otro día estaba con la perrita y vi pasar una camioneta de ayuda humanitaria de Ukrania. Por unos momentos, décimas de segundo, pensé que éramos nosotr@s los que les mandábamos ayuda, pero después caí en la cuenta de que eran ell@s l@s que habían venido a ayudarnos ¡ELL@S! que están en medio de una guerra. Ell@s vienen a ayudarnos ¿cómo no emocionarse? ¿Cómo no volver a casa con el corazón encogido pero rebosante de agradecimiento? 



Y me quedo con eso y con más. 

Todo ésto me ha pillado en medio de una búsqueda personal y quién sabe si en lugar de entorpecer mi búsqueda no será un acicate para encontrar la sensación que perdí cuando se me vino abajo un castillo personal. 

Quién sabe. 

Lo único de lo que estoy segura es que mi pueblo y yo durante mucho tiempo, cada vez que oigamos llover, tendremos miedo. 

***

Texto: Cris Carrasco García

Imágenes: Cris Carrasco García

                  Foto 1: El barranco  días después de desbordarse a su paso por detrás de casa.                                        

                  Foto 2: Última foto que hice desde un vagón del metro volviendo de clase. 

                 Foto 3: Nota de agradecimiento que dejé en el capot de un coche de voluntari@s de la 

                              Ertzaintza.



lunes, 28 de octubre de 2024

¡Anuncio importante!

 


Hola gente bonita, sé que ayer colgué una entrada así que hoy no pega mucho colgar otra ¿o sí? Bueno, no sé, el caso es que he querido pasarme por aquí para deciros que en Substack he abierto un perfil en el que hablo de cosillas de la plenipusia y la madurez... nada en plan experta, que no lo soy, solo cuento las cosillas que día a día me va trayendo la edad sin dramas y con cierto humor. 

Si os suscribís a mi perfil y ponéis vuestro correo electrónico (no se hará público) cada vez que  suba algo en este perfil de Substack lo recibiréis en vuestro mail ¿a que está chulo?

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Y si tenéis algún problema para suscribiros o lo que sea, me podéis escribir a 

lavidrierainfinita@gmail.com

Muchas gracias y feliz semana. 

***

Texto: Cris Carrasco García

Imagen: Mónica Carretero (que por cierto, me describe muy bien, Mónica,¡ haz el favor de salir de mi mente!)

domingo, 27 de octubre de 2024

Haiku o como quieras llamarlo

 


Crece en su cuarto

llena de granada

la sombra de la luna. 

***

Texto: Cris Carrasco García

Imagen: Cris Carrasco García

domingo, 13 de octubre de 2024

Una trilogía, una serie y curso de mujeres filósofas

 

Hola, ¿os acordáis que al acabar el verano os conté que no había encontrado ninguna lectura de verano que me hubiera encantado?...

Pues en el otoño ha llegado una saga de tres libros que me están encantando:

- Hijas de una nueva era.

-Tiempo de mujeres.

-Las cuatro amigas. 

La autora es la alemana Carmen Korn y los tres libros cuentan la vida de un grupo de cuatro amigas a lo largo del siglo XX. El primer libro comienza en 1919, recién terminada la primera guerra mundial , el segundo comienza en 1948 y el tercero en 1970 y la amistad de las cuatro amigas de los dos primeros libros continúa con sus hijas. Los tres libros se desarrollan en Hamburgo, que, según lo que cuenta la autora y las fotografías que he buscado, debe de ser una ciudad preciosa. A lo largo de las tres novelas asistimos a los grandes acontecimientos políticos y económicos que se dieron en el siglo pasado y veremos cómo éstos afectan a las vidas de estas cuatro mujeres y sus familias. 


Cuando me recomendaron la trilogía tuve ciertas dudas ya que los bestsellers no suelen gustarme, pero como la persona que me aconsejaba merece toda mi confianza, decidí hacerle caso y la verdad es que estoy encantada. Como he dicho antes, son los libros que esperaba para el verano pero han llegado en otoño ¡bienvenidos sean!


Por otro lado, acabo de terminar una serie que también me ha encantado: MOM. Tiene la friolera de ocho temporadas pero los capítulos duran unos veinte minutos, por lo que no se hace pesado. Recomiendo que se comience por la segunda temporada, ya que la primera no está mal, pero comparada con las siguientes es la más flojita. Cuenta las peripecias de un grupo de mujeres que deben ir a las reuniones de alcohólic@s anónim@s ya que todas arrastran largos historiales de diversas adicciones. A pesar de tratar  problemas sociales duros, en la serie se presentan situaciones muy cómicas que en más de una ocasión me han sacado un carcajada (y eso no es nada fácil en mí). 

Bueno, pues como véis, septiembre y lo que llevamos de octubre ha sido y está siendo muy productivo en cuanto a lecturas, series y películas. 

También comencé el curso universitario del que hablé en la anterior entrada y me ha encantado. La primera mujer filósofa que hemos conocido ha sido Aspasia de Mileto, que fue contemporánea de Sócrates y estaba dentro de las llamadas Hetairas, que eran mujeres que en la antigua Grecia tenían una mentalidad mucho más liberal que la mayoría de sus contemporáne@s, eran muy cultas, manejaban con gran destreza el arte del debate y los hombres cultos las buscaban para instruirse y aprender de ellas. 


Si buscamos el término hetaira en Google, nos dirá que eran cortesanas cultas y en una segunda acepción, las calificarán como prostitutas.... y vamos a lo de siempre... ellas eran más liberales que otras mujeres de su época también en el terreno sexual y en el de relacionarse con los hombres, pero no eran prostitutas. ¡Uff, siempre el estigma! ¡qué cansancio!

Bueno, pues ya me voy.

Os dejo con estas recomendaciones y que estéis bien. 

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Texto: Cris Carrasco García

Imágenes: Portadas de los tres libros. Fotografía oficial de Mom y dibujo de Aspasia de Mileto. Todas tomadas de Internet.