viernes, 28 de marzo de 2008

ENCUENTROS

Este microrrelato parte de un encuentro qu tuve hace unos meses, por lo tanto es autobiográfico...



Se volvieron a ver muchos años después. Cuando Bon Jovi ya no lucía melena, Maradona era una bola de grasa , Enrique Urquijo hacía mucho que había abandonado este viaje y Loquillo había llevado al desguace su cadillac solitario. Entonces, se volvieron a ver.
Él se le acercó , acomodado y burgués. Enhorabuena ¿te acuerdas de mí? No importa, sólo quería decirte que me encanta tu relato y me alegro de que te lo hayan premiado.
Una interrogación en su mirada respondió por ella. Un gracias susurrado voló en el aire mientras unos ojos-bambi escrutadores analizaban cada uno de los poros de su cara.
Después él se dio la vuelta y anduvo hasta llegar a un grupo de hombres vestidos con trajes grises y corbatas formales. Ella lo siguió con la mirada. Calvo y con la piel amarilla de oficina,¿ y el viaje a Madrid? ¿ y el proyecto de estudiar cine? ¿ y la revolución? ¿ y la anarquía?... colección de sueños cambiados por colección de zapatos negros. Aquel chico de instituto que fue su Dios y la atrapó con su lengua de tren descarrilado. Aquel donjuan sabelotodo que la fascinó …después , cuando los años cierran heridas y ensanchan espaldas, lo había visto como un fanfarrón necesitado siempre de auditorio. Y ahora aparecía. Cuando la adolescente insignificante ganaba premios y se había transformado en una mujer paseante de las nubes . Cuando el dolor hacía mucho tiempo que se había transformado en experiencia y casi en anécdota.
Su compañera se le acercó. ¿ No te acuerdas de él?. Sí, tuvimos una aventurilla. Es que de la forma que lo mirabas parecía que no te acordabas. Lo que estaba era intentando encontrar algo de lo que fue él.
Y sin saber por qué, mientras le dedicaba la última mirada, le vinieron a la mente aquellos versos de García Montero:
“Que tengas un buen día. Que la vida te trate dignamente”
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