
¡Hola! no me había perdido.... es que estaba buscando la inspiración.
Como ya hace un tiempo que no entrego el galardón Ángela-Luna, hoy, mientras llega la inspiración lo voy a hacer. Y va destinado a mi COMPAÑERA BÁRBARA.
Algunos y algunas os sorprenderéis cuando digo que es mi compañera cuando es mi pareja, esto es debido a tres razones:
- A las dos nos gusta este término, compañera, porque denota eso mismo, compañía, apoyo, estar ahí... ¿ y quién mejor para estar ahí que tu pareja?
- Los términos mi mujer o mi novia no nos gustan a ninguna de las dos.
- En determinados lugares , donde no es conveniente salir del armario, decir mi compañera es algo ambiguo que deja muchas puertas abiertas pero no concreta nada.
Pues eso, el galardón va para ella , por lo mucho que se esfuerza en todo. Por su apoyo a todo el mundo. Su paciencia. Su comprensión de los demás .Su saber escuchar. Y su extraordinario ejercicio de paciencia conmigo y mis trastadas ( que no son pocas, por cierto).
Así que para ella, esta Ángela - Luna. y este poema dedicado a ella y que es su preferido de todos los que he escrito :
TI AMO
Ahora que Katrina ahogó el blues en la garganta
negra de Nueva Orleáns,
ahora que el gospel huele a lodo, a fango
y a piel negra que resiste
sudando lágrimas de pobreza de campo de algodón,
ahora que la desgracia habla en black english con acento de Luisiana,
ahora, yo te digo que te quiero.
A ti, superviviente de tantas guerras,
te quiero.
No es muy original…
podría decirte que tus ojos verdes
son como esa copla que habla de mancebías
y ojos verdes como la albahaca.
Podría decirte que contigo me rescaté
del río helado de la tristeza,
podría decirte que eres mi Katrina,
mi huracán bueno,
el viento que ha barrido el conjuro
de los años-siglo.
Pero no te diría que te quiero…
Así de llano, así de sencillo,
justo como la Bergman le dijo al Rosellini
en aquel papel blanco:
“…ti amo…”
Ti amo aunque ahora no pueda gritarlo,
ti amo como Nueva Orleáns ama el blues
aunque ahora no pueda cantarlo.
Ahora que Katrina ahogó el blues en la garganta
negra de Nueva Orleáns,
ahora que el gospel huele a lodo, a fango
y a piel negra que resiste
sudando lágrimas de pobreza de campo de algodón,
ahora que la desgracia habla en black english con acento de Luisiana,
ahora, yo te digo que te quiero.
A ti, superviviente de tantas guerras,
te quiero.
No es muy original…
podría decirte que tus ojos verdes
son como esa copla que habla de mancebías
y ojos verdes como la albahaca.
Podría decirte que contigo me rescaté
del río helado de la tristeza,
podría decirte que eres mi Katrina,
mi huracán bueno,
el viento que ha barrido el conjuro
de los años-siglo.
Pero no te diría que te quiero…
Así de llano, así de sencillo,
justo como la Bergman le dijo al Rosellini
en aquel papel blanco:
“…ti amo…”
Ti amo aunque ahora no pueda gritarlo,
ti amo como Nueva Orleáns ama el blues
aunque ahora no pueda cantarlo.