jueves, 24 de febrero de 2011

ES@S LECTOR@S ANÓNIM@S


Sé que estás ahí. Agazapad@ detrás de la pantalla del ordenador o de esos móvíles tan avanzados que te envían una señal cada vez que escribo. Sé que me lees y aún no estando en mi lista de "seguidores" e incluso aunque no dejes ningún comentario, quizá sin tú mism@ saberlo, dejas tu huella en cada una de las letras que yo escribo.
Sé muy poco de ti. Tan sólo que me lees desde lugares lejanos como pueden ser México, Argentina, Colombia, Venezuela, Alemania, los Países Bajos, Chile, Ecuador o Estados Unidos. Y me surgen tantas preguntas sobre ti que no sabría por dónde comenzar. ¿ Qué tal va el verano en Argentina? aquí ya casi es primavera. ¿ cómo llegaste hasta mí desde Alemania?? ¿ sabes castellano o eres un mag@ capaz de desentrañar los extraños jeroglíficos del traductor? . ¿ De qué parte de Estados Unidos me lees?...
Y tantas y tantas cosas. Aunque respeto tu elección de ser un lector anónim@. Quizá así sea más romántico. Yo escribo y tú me lees creyendo quizá que nunca sabré que pasaste por aquí. Y yo te sigo y sonrío. Y cuando desapareces por un tiempo me pregunto dónde estarás, por qué no has entrado,  si estarás enferm@ o si tienes  mucho trabajo. Y cuando apareces de nuevo es como volver a ver el sol después de muchos dias de lluvia.
Aunque nunca te haya visto. Aunque sí lo haya hecho y no recuerde que eres tú. Aunque nunca me dejes ningún comentario:
Muchas gracias por dejar aquí un pedacito de tu tiempo. Muchas gracias por leerme.