Imagen: Irene Owens
Llegan con tortugas de barro o madera
envueltas como regalo
y a través de ellas siento
las manos lejanas que las tallaron
bajo los moldes de la fantasía.
Ayer me trajeron una de tiza
y si quiero, puedo escribir con sus patitas
tu nombre dentro de un corazón
o dibujar una cala blanca y elegante
y decir es para ti.
Así llegan las tortugas a mi habitación,
pacientes, cansadas, sabias,
amando la lentitud
como los pensamientos aman
la soledad.
( Cris Carrasco García)