viernes, 10 de noviembre de 2017

Jugando al escondite y Punto intermedio

JUGANDO AL ESCONDITE

Desde este tren de vuelta a casa el mar no se deja atrapar. Llega con forma de playa desierta de noviembre y cuando quiero fotografiarlo el tren me introduce en la oscuridad de un túnel. 
Vuelve la luz y el mar se esconde tras los pinos.
Se deja ver. Parece quieto y sereno. Preparo la cámara y otro túnel me lleva a una noche sin luna tan repentina como inesperada. Cuando salgo de la noche la luz del sol me deslumbra y se multiplica en el azul del agua con pequeños destellos.
Otra vez lo intento. Otra vez resulta imposible.
Desisto.
Lo mejor es contemplar sin pretensiones. 

Imagen: Fred Calleri



PUNTO INTERMEDIO

En esta cuna inmensa que es el tren, me voy adormeciendo como un feto envuelto en la placenta de su madre.
A lo lejos, las grúas de un puerto y una pequeña franja de mar. Mi casa está cerca. Atrás queda la ciudad que me abre el corazón y se queda con la llave. Delante me esperan los abrazos. 

( Cris Carrasco García)

A veces me convierto



A veces me convierto
en hoja de otoño que cae del árbol
sólo para estar segura
de que sé cambiar.
Pero cuando llegue el invierno
por favor, que no me transforme en hielo
sino en rayo de sol.

(Cris Carrasco García)
Imagen: Sibel Cerbiz

Cuando comencé a surcar este mar

Imagen: Danielle Richard

Cuando comencé a surcar este mar
me temblaban las rodillas,
en su mitad, hubo maremotos
y ahora que se divisa la costa
las aguas saladas de mis ojos
se funden con las olas.
He aprendido a ser espuma y barco
a la vez
y a encender pequeños candiles
pero todavía no soy faro
que sepa guiar en las tormentas.
Callarán las gargantas marineras
y las madrugadas nos esperarán
con otros cantos.
Ya queda menos para llegar al puerto
y me vuelven a temblar las rodillas.
Cuando baje a tierra
el samsara habrá cambiado tanto como yo
pero nos reconoceremos.
Veré más claro el sueño turbio
que lo envuelve
y quizá él vea en mí
a la guardiana de los seres
que cruzan el puente
entre dos vidas. 

( Cris Carrasco García)

jueves, 19 de octubre de 2017

Aquel tiempo

Aquel tiempo
en que andábamos medio escondidas
y con pelucas
para que nadie viera
los efectos del veneno...
Aquel tiempo
en que oía decir a mi madre y abuelas:
" le han cortado un pecho"
en un susurro, como una vergüenza,
como mirando a una muerta en vida,
a alguien que ha perdido la batalla...

Pero salimos a la calle
y gritamos: " no somos perdedoras,
ya no tengo pecho
pero mi cuerpo todavía baila
la danza de la vida"
y cambiamos la peluca por pañuelos
o dejamos al aire la cabeza de bebé
que está naciendo otra vez.

No.
No somos perdedoras. Tampoco ganadoras.
Porque ésto no es una guerra.
Es un momento.
Una enseñanza en el camino.
Podemos dejarnos la vida en ello. Sí.
Y deja que te cuente este miedo
a lo que pueda ocurrir.
Deja, por una vez, que pronuncie palabras
como enfermedad, cáncer,
miedo, incertidumbre o muerte
y deja que llore
porque la fuerza surge
cuando fluyen las lágrimas estancadas.

Y si después de todo seguimos adelante
y volvemos a ver la luz
sabremos mejor que nadie
el valor de contemplar el amanecer.

( Cris Carrasco García)
Imagen: Cinzia Bolognesi